Una reflexión sobre la obediencia
encarnada en una hormiguita.
De mi autoría este humilde poema
con moraleja.
La
hormiguita obediente
Era una hormiguita muy amable,
hacía amigos mientras trabajaba,
a todos ayudaba y con todos platicaba,
¡Ah! Y era muy obediente y afable.
Ve y trae esto
anda y lleva lo otro,
mira lo que hay en el cesto,
llévale esto a Poncho.
Reconstruye este muro,
ahora construye otro,
tira este túnel viejo
levántalo de nuevo.
Un día, una envidiosa la observaba,
-ésta, a todos escucha y obedece,
la engañaré para que haga mal los quehaceres
y hablaré mal de ella, hasta que la echen-.
Y la envidiosa se dio a la tarea de engañarla,
y a la vez, hablaba muy mal de ella,
la hormiguita después se dio cuenta de lo que pasaba
y avergonzada salió de su nido sin dejar huella.
Tras días de buscarla, un día enferma la encontraron,
la llevaron con delicadeza de regreso a casa,
la cuidaron y alimentaron hasta verla sana,
la reina le dijo que por no hablar, todas se preocuparon.
-No hagas caso ni supongas por las apariencias,
abusó de ti por obediente y tu nobleza,
lo que sembraste dieron los mejores frutos que te esperan,
recuerda siempre, bien te conocemos y ésta es tu cosecha.
Con esto aprendió y siempre lo ha de recordar,
que fue conocida y querida por su nobleza y por obediente,
siempre que se hace un bien y no un mal,
hacía amigos mientras trabajaba,
a todos ayudaba y con todos platicaba,
¡Ah! Y era muy obediente y afable.
Ve y trae esto
anda y lleva lo otro,
mira lo que hay en el cesto,
llévale esto a Poncho.
Reconstruye este muro,
ahora construye otro,
tira este túnel viejo
levántalo de nuevo.
Un día, una envidiosa la observaba,
-ésta, a todos escucha y obedece,
la engañaré para que haga mal los quehaceres
y hablaré mal de ella, hasta que la echen-.
Y la envidiosa se dio a la tarea de engañarla,
y a la vez, hablaba muy mal de ella,
la hormiguita después se dio cuenta de lo que pasaba
y avergonzada salió de su nido sin dejar huella.
Tras días de buscarla, un día enferma la encontraron,
la llevaron con delicadeza de regreso a casa,
la cuidaron y alimentaron hasta verla sana,
la reina le dijo que por no hablar, todas se preocuparon.
-No hagas caso ni supongas por las apariencias,
abusó de ti por obediente y tu nobleza,
lo que sembraste dieron los mejores frutos que te esperan,
recuerda siempre, bien te conocemos y ésta es tu cosecha.
Con esto aprendió y siempre lo ha de recordar,
que fue conocida y querida por su nobleza y por obediente,
siempre que se hace un bien y no un mal,
para ser
obediente, hay que ser también muy prudente.
Pili González
Pili González
(Piliveryblue)
Me es muy difícil poder leer por los colores.
ResponderEliminarLo que he visto me agrada mucho.
FELICIDADES
GALA
AMALIA
Feo el cuento
ResponderEliminarNo sé puede observar bien el escrito. Por los colores y las imágenes
ResponderEliminarYo opino lo mismo que los demás pero me pareció muy bonito el cuento
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